Cuentos de Grimm

Los Cuentos de Hadas de los Hermanos Grimm, originalmente compilados por Jacob y Wilhelm Grimm, son una colección de relatos folclóricos intemporales que han encantado a los lectores durante siglos. Estos cuentos son un tesoro de folclore, con historias de valentía, magia y moralidad que resuenan a lo largo de las generaciones. Desde clásicos como ”Cenicienta”, ”Blanca Nieves” y ”Hansel y Gretel”, hasta joyas menos conocidas como ”El pescador y su mujer” y ”Rumpelstiltskin”, cada historia ofrece un vistazo al rico tapiz de la tradición oral europea. Los Cuentos de Hadas de los Grimm se caracterizan por sus personajes vívidos, lecciones morales y a menudo tonos oscuros, que reflejan las duras realidades y los elementos fantásticos de sus contextos históricos. Su atractivo duradero radica en su capacidad para entretener, enseñar e inspirar asombro, lo que los convierte en una piedra angular de la literatura infantil y una fuente de fascinación para los estudiosos del folclore y la narración de cuentos.

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Episodes

Un cuento enigmático

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Tres mujeres fueron convertidas en flores y colocadas en el campo del jardín, pero a una de ellas le fue permitido que durante las noches podía estar en su casa como humana. Entonces, una noche, cuando ya se acercaba el día y tendría que volver a ser flor otra vez, ella le dijo a su esposo: "Si cuando vuelves más tarde vienes al jardín y me arrancas, quedaré libre y podré estar siempre contigo." Y él así lo hizo. Ahora, la pregunta es: ¿Cómo supo el esposo cuál era la flor correcta, si todas se veían exactamente igual, sin ninguna diferencia en su forma?
Respuesta: "Como ella pasaba la noche en su casa y no en el jardín, no había entonces rocío sobre ella como sí lo había sobre las otras, y así el esposo supo cuál era la que debía tomar."Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

El cuento de las mentiras

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Voy a contaros una cosa. He visto volar a dos pollos asados; volaban rápidos, con el vientre hacia el cielo y la espalda hacia el infierno; y un yunque y una piedra de molino nadaban en el Rin, despacio y suavemente, mientras una rana devoraba una reja de arado, sentada sobre el hielo, el día de Pentecostés. Tres individuos, con muletas y patas de palo, perseguían a una liebre; uno era sordo; el otro, ciego; el tercero, mudo; Y el cuarto no podía mover una pierna. ¿Queréis saber qué ocurrió? Pues el ciego fue el primero en ver correr la liebre por el campo; el mudo llamó al tullido, y el tullido la agarró por el cuello. Unos, que querían navegar por tierra, izaron la vela y avanzaron a través de grandes campos, y al cruzar una alta montaña naufragaron y se ahogaron. Un cangrejo perseguía una liebre, y a lo alto de un tejado se había encaramado una vaca. En aquel país, las moscas son tan grandes como aquí las cabras. Abre la ventana para que puedan salir volando las mentiras.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Monday Aug 12, 2024

Eran los tiempos del mundo al revés. Una vez vi que de un hilillo de seda pendían Roma y el Palacio de Letrán; que un hombre sin pies ganaba en la carrera a un rápido caballo, y que una agudísima espada cortaba un puente. Vi un borriquillo de nariz de plata que perseguía a dos veloces liebres, y un ancho tilo en el que crecían tortas calientes. Vi una vieja y seca madreselva que daba sus buenas cien cubas de manteca y sesenta de sal. ¿Basta con estas mentiras, o aún no? Pues vi arar un arado sin caballo ni buey, y un chiquillo de un año lanzar cuatro piedras de molino desde Ratisbona a Tréveris y de Tréveris a Estrasburgo; y un azor nadando por el Rin; y lo hacía como si estuviera en su elemento. Oí unos peces que metían un ruido tal que resonaba en el cielo; vi fluir miel dulce, como si fuera agua, desde un profundo valle a una alta montaña. Es raro todo esto, ¿verdad? Había dos grajos que segaban un prado, y vi dos mosquitos construyendo un puente, dos palomas desgarrando un lobo, dos niños que parían dos cabritas, y dos ranas que trillaban el grano. Vi a dos ratones consagrar a un obispo, y a dos gatos arañar la lengua de un oso. Llegó corriendo una serpiente y degolló a dos fieros leones. Había un barbero afeitando la barba a una mujer, y dos perros lebreles que arrastraban un molino fuera del agua, y una vieja borrica lo miraba, diciendo que estaba bien. Y en un patio, cuatro corceles trillaban grano con todas sus fuerzas, dos cabras encendían el horno, y una vaca roja metía el pan en él. Entonces cantó un gallo:¡Quiquiriquí! ¡El cuento llega hasta aquí!Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Monday Aug 12, 2024

Un gorrión tenía cuatro gurriatos en un nido de golondrinas. Cuando ya empezaban a volar, unos chiquillos traviesos cogieron el nido, pero los pajarillos lograron escapar felizmente. Al padre le dolió que sus hijos tuviesen que lanzarse al amplio mundo antes de haber podido prevenirlos de sus peligros y aleccionarlos debidamente.Un día de verano, numerosos gorriones se reunieron en un campo de trigo. Y he aquí que el viejo encontró a sus cuatro hijos y, muy contento, se los llevó a su casa.- ¡Ay, hijitos, cuánta angustia he pasado este verano, sabiendo que andabais por esos mundos de Dios sin haberos podido aleccionar! Escuchad mis palabras: seguid los consejos de vuestro padre, pues debéis tener siempre presente una cosa: los tiernos pajarillos están expuestos a muchísimos peligros.Y a continuación preguntó al mayor dónde había pasado el verano y de qué se había alimentado.-Estuve rondando por los jardines, buscando gusanitos y oruguitas, hasta que maduraron las cerezas.- ¡Ay, hijo mío! - exclamó el padre -. No están mal las golosinas, pero ocultan muchos peligros. En adelante debes ir con mucho tiento, sobre todo cuando veas a hombres que andan por los jardines llevando largos palos verdes, con un agujerito en el extremo.- Sí, padre; pero, ¿y si tapan el agujerito mediante una hojita verde pegada con cera?- ¿Dónde has visto eso?- En el jardín de un comerciante - respondió el pequeño.- ¡Oh, hijo mío! - exclamó el padre -. ¡Gente taimada son los comerciantes! Si estuviste entre ellos, habrás adquirido bastante experiencia. Utilízala bien y no te fíes demasiado.Dirigióse luego al segundo:- ¿Dónde te ganaste tú la vida?- En la Corte - respondió el gorrioncillo.- No es lugar éste para los gorriones y pajarillos tontos; hay demasiado oro, terciopelo, seda, armas, arneses, gavilanes, mochuelos y halcones. Quédate en la cuadra de los caballos, donde aventan avena o trillan. Allí, con un poco de suerte, no te faltarán tus granitos cotidianos, y podrás comértelos en paz y sin sobresalto.- Sí, padre - respondió el pequeño -. Pero los mozos de establo preparan trampas con bayas de serbal y atan con paja sus mallas y lazos; y esto no deja de tener sus riesgos.- ¿Dónde viste eso?- En la Corte, entre los chicos de los caballerizos.- ¡Oh, hijo mío! Los chiquillos de caballerizos son mala gentezuela. Si has estado en la Corte entre esos personajes sin dejar ninguna de tus plumas, puedes decir que has aprendido bastante y que sabrás despabilarte por el mundo. De todos modos, anda con cuidado. A menudo, los lobos se comen también a los perrillos avisados.Llamó el padre al tercero:- ¿Cómo te las arreglaste tú?- Por carreteras y caminos, entre carros y caballerías, y picando los granos de cebada que encontraba.- Buena comida - observó el padre -; pero cuidado con el pellejo, y ojo alerta, sobre todo cuando veas a uno agacharse y coger una piedra. Entonces es cosa de no entretenerse.- Verdad dices - replicó el hijo -. Pero, ¿y si traen ya el guijarro en el bolsillo?- ¿Dónde viste eso?- Entre los mineros, padre. Cuando se marchan, siempre llevan piedras escondidas.- Mineros, obreros, ¡vaya gente astuta! Si has estado con ellos habrás visto muchas cosas y no te faltará experiencia.
"De todos modos, ve con precaución; que los chiquillos de los montañeros mataron a pedradas a más de un gorrión".
Finalmente, volvióse el padre al menor de sus hijitos:- En cuanto a ti, pequeño, que siempre fuiste el más tontuelo y enclenque, quédate a mi lado. Hay en el mundo demasiados pajarracos brutales y perversos, con picos corvos y largas garras, que acechan a las avecillas para zampárselas. Quédate con los tuyos y busca las arañitas y oruguitas de los árboles y las casas, y vivirás siempre contento.- ¡Oh, padre mío! Quien vive sin causar daño a nadie, llega lejos, y ningún gavilán, azor, águila ni milano le causará ningún mal si él, todas las mañanas y todas las noches, se encomienda y ofrece su honrado alimento a Dios Nuestro Señor, creador y sostenedor de todos los pajarillos del bosque y del pueblo, y que escucha incluso el graznido y la oración de los cuervecitos; pues sin su voluntad no caerá al suelo ni un gorrión ni un reyezuelo.- ¿Dónde aprendiste eso? - preguntó el padre. Y el hijorespondió:- Cuando escapé del nido, me metí en una iglesia, donde me pasé el verano cazando moscas y arañas en las ventanas, y oí predicar este sermón. Y el padre de todos los gorriones me alimentó durante todo el tiempo y me protegió contra toda desgracia y de los malos pajarracos.- Mucha razón tienes, hijo mío. Vuela a las iglesias y ayuda a limpiarlas de arañas y moscas, y píale a Dios como los cuervecitos, y encomiéndate al eterno Creador, y vivirás seguro y tranquilo, aunque el mundo esté lleno de pérfidas y salvajes aves rapaces:
"Pues quien al Señor sus cosas encomienda, calla, sufre, espera, reza y se enmienda, y guarda la fe y la conciencia puras, Él lo sostendrá y ayudará en las horas duras".Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Una muchacha hacendosa

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Érase una muchacha hermosa, pero holgazana y descuidada. Le repugnaba tanto hilar, que cuando aparecía un grumo en el lino, por pequeño que fuese, antes que deshacerlo arrancaba un puñado de lino, que tiraba al suelo. Tenía una criada que era, en cambio, muy trabajadora. Recogía el lino que su ama desperdiciaba y, después de limpiarlo, lo hilaba; y con aquellos restos llegó a hacerse un lindo vestido. Un joven había pedido la mano de la perezosa señorita, y se acercaba el día de la boda. La víspera de la fiesta, la hacendosa criada salió a bailar, engalanada con su bonito vestido, y la novia hizo el siguiente comentario:
"¡Cómo salta la doncella en un traje que no es de ella!".
Oyólo el prometido y le preguntó qué quería significar con eso. La novia le contó que la criada llevaba un vestido confeccionado con el lino que ella había tirado. Al saberlo el muchacho, comprobó la holgazanería de la señorita y la laboriosidad de la pobre sirvienta, por lo cual plantó a la primera y eligió por esposa a la segunda.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Elección de novia

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Érase un joven pastor que quería casarse. Conocía a tres hermanas, tan guapa la una como las otras, por lo que era difícil la elección y estaba indeciso sobre cuál de las tres debía preferir. Pidió consejo a su madre, y ésta le dijo:- Invita a las tres y sírveles queso; y fíjate cómo lo cortan.Hízolo así el mozo, y vio que la primera se comía el queso con la corteza; la segunda separaba la corteza, pero era tan chapucera que con ella tiraba un buen trozo de queso bueno; la tercera, en cambio, lo mondaba con gran cuidado, sin quitar mucho ni demasiado poco. El pastor lo explicó todo a su madre.- Pues toma por mujer a la tercera - díjole ésta.El mozo siguió su consejo, y vivió contento y feliz con su esposa.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Los ochavos robados

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Hallábase un hombre comiendo con su esposa e hijos cuando se presentó un buen amigo y lo invitaron a su mesa. Al dar las doce vio el forastero que se abría la puerta y entraba un niño de poca edad, muy pálido y vestido de blanco. La criatura, sin mirarlos ni dirigirles la palabra, encaminóse a un aposento contiguo, del cual volvió a salir al poco rato, tan silenciosamente como había entrado. El segundo y tercer días repitióse la misma escena, hasta que el forastero se decidió a preguntar al padre de quién era aquel niño que cada mediodía entraba en la habitación.- No he visto nada - respondió el hombre -, y tampoco sabría decir quién es.Cuando volvió a entrar al día siguiente, el forastero señaló con el dedo, pero nadie vio nada. Entonces el hombre se acercó a la puerta del cuarto, la entreabrió y echó una mirada al interior. Vio al niño sentado en el suelo y escarbando febrilmente con los dedos entre las junturas de los ladrillos; pero al ver que el forastero lo miraba, desapareció. Explicó entonces éste a la familia lo que acababa de presenciar, describiendo al niño con toda precisión. Reconociólo la madre por las señas y exclamó: - ¡Ay, es mi pobre hijito, que murió hace cuatro semanas!Levantaron los ladrillos y encontraron entre ellos dos ochavos, que un día entregó la madre al pequeño para que los diese a un mendigo. Mas él pensó: "Me compraré un bizcocho", y se los guardó, escondiéndolos en una rendija entre dos ladrillos. Y he aquí que ahora no tenía paz en su tumba, y por eso cada mediodía iba a su casa en busca de los ochavos. Los padres dieron las monedas a un pobre, y el niño ya no se presentó más.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

El dinero llovido del cielo

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Había una vez una niña que era huérfana y vivía en tan extremada pobreza que no tenía ni cuarto ni cama donde dormir, no poseyendo más que el vestido que cubría su cuerpo y un pedacito de pan que la había dado un alma caritativa; pero era muy buena y muy piadosa. Como se veía abandonada de todos, se puso en camino, confiando en Dios.
A los pocos pasos encontró un pobre que la dijo: "¡Si me pudieras dar algo de comer, porque tengo tanta hambre!" Y ella le dio todo su pan diciéndole: "Dios te ayude." Y continuó andando. Poco después encontró un niño que lloraba, diciendo: "Tengo frío en la cabeza, dame algo para cubrirme." Se quitó su gorro y se le dio. Un poco más allá vio otro que estaba medio helado porque no tenía jubón y le dio el suyo; otro por último la pidió su saya y se la dio también. Siendo ya de noche llegó a un bosque, donde halló otro niño que la pidió la camisa. La caritativa niña pensó para sí: "La noche es muy oscura, nadie me verá, bien puedo darle mi camisa." Y se la dio también.
Ya no la quedaba nada que dar. Pero en el mismo instante comenzaron a caer las estrellas del cielo y al llegar a la tierra se volvían hermosas monedas de oro y plata, y aunque se había quitado la camisa se encontró con otra enteramente nueva y de tela mucho más fina. Reunió todo el dinero y quedó rica para toda su vida.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

El zagalillo

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Érase un zagalillo, famoso en muchas leguas a la redonda por sus respuestas atinadas y discretas. Su fama llegó a oídos del Rey, el cual, no dando crédito a lo que le contaban del chiquillo, mandó llamarlo a su presencia. Díjole:- Si eres capaz de responder acertadamente a tres preguntas que voy a hacerte, vivirás conmigo en palacio como si fueras mi propio hijo.- ¿Cuáles son las preguntas? - dijo el muchacho.- En primer lugar - dijo el Rey -, dime cuántas gotas de agua hay en el océano.A lo que respondió el zagal:- Señor Rey, ordenad que detengan todos los ríos de la tierra, para que no entre en el mar ni una gota de agua más hasta que yo las haya contado, y entonces os diré las que contiene el océano.- He aquí la segunda pregunta - prosiguió el Rey -: ¿Cuántas estrellas hay en el cielo?- Dadme un pliego grande de papel - respondió el pastorcillo. Y trazó en él con una pluma tantos puntitos y tan apretados, que apenas se distinguían unos de otros; era imposible contarlos, y se le nublaba la vista a quien los miraba fijamente. Luego dijo -: Hay en el cielo tantas estrellas como puntitos en este papel. ¡Contadlos, y lo sabréis!Pero nadie fue capaz de hacerlo. Y el Rey continuó:- Va la tercera pregunta: ¿Cuántos segundos tiene la eternidad?- En Pomerania - contestó el muchacho - hay una montaña de diamantes: tiene una legua de alto, otra de ancho y otra de fondo. Desde hace cien años se posa en ella un avecilla y afila en ella su pico. Pues cuando haya desgastado toda la montaña, habrá transcurrido el primer segundo de la eternidad.Entonces dijo el Rey:- Has contestado a las tres preguntas como un verdadero sabio. En adelante vivirás en mi palacio y te consideraré como a mi propio hijo.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Los doce haraganes

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Doce mozos que en todo el día no hicieron nada útil, al atardecer, para no cansarse, se tendieron sobre la hierba y se dedicaron a jactarse de su gandulería.Dijo el primero:- ¿Qué me importa vuestra pereza? Bastante tengo que hacer con la mía. Mi ocupación principal es cuidar de mi cuerpo; como bastante, y bebo otro tanto. Cuando llevo cuatro comidas en la tripa, ayuno un ratito, hasta que se me vuelve a abrir el hambre; es el régimen que mejor me va. Madrugar no es para mí, y hacia el mediodía ya me busco un lugar donde descansar. Si llama el amo, me hago el sordo; y si vuelve a llamar, espero un rato antes de levantarme, y luego me dirijo a él andando muy despacio. De este modo, la vida se puede soportar.Dijo el segundo:- Mi trabajo es cuidar de un caballo; pero le dejo el bocado en la boca, y cuando no tengo ganas, no le doy pienso, y digo que ya ha comido. En cambio, me tumbo en el depósito de la avena y estoy cuatro horas durmiendo. Luego estiro un pie y lo paso, un par de veces por el cuerpo del caballo, y así lo almohazo y limpio. ¿Quién va a reparar en ello? Pues, aun así, el servicio se me hace pesado.Habló entonces el tercero:- ¿Para qué cargarse de trabajo? No se saca nada. Yo me tendí al sol y estuve durmiendo. Empezó a gotear; mas, ¿por qué levantarse? Dejé que lloviese, en nombre de Dios. Al fin cayó un chubasco tan fuerte, que me arrancó los cabellos y se los llevó, y me abrió un agujero en la cabeza. Le puse un parche, y santas pascuas. Accidentes así he sufrido ya varios.Intervino el cuarto:- Cuando tengo que empezar algún trabajo, primero lo pienso una horita, para ahorrar fuerzas. Luego me pongo a la faena con gran cachaza; pregunto si no hay alguien que pueda ayudarme, y, en caso de que se ofrezca alguno, le dejo la labor, y yo me pongo a mirarlo. Pero aun esto me resulta demasiado.Dijo el quinto:- ¡Eso no es nada! Figuraos que yo debo sacar el estiércol del establo y cargarlo en el carro. Pues me pongo a hacerlo muy despacito, y cuando he recogido un poco en la horca, la levanto a mitad de la altura y me estoy descansando un cuarto de hora antes de echarlo en el carro. Por lo demás, una carretada al día me basta. Malditas las ganas que siento de matarme trabajando.Tomó la palabra el sexto:- ¡Se os tendría que caer la cara de vergüenza! A mí no me asusta ningún trabajo, pero me estoy tumbado tres semanas sin quitarme la ropa ni una sola vez. ¿Para qué hebillas en los zapatos? ¿Que se me caen de los pies? Bueno, no importa. Si he de subir una escalera, pongo un pie delante de otro con toda calma, y subo el primer peldaño. Luego cuento los que quedan, para ver dónde hay que descansar.Dijo el séptimo:- Conmigo esto no reza, pues mi amo vigila mi trabajo. Suerte que se pasa el día fuera de casa. Pero yo no pierdo el tiempo, y corro todo lo que se puede correr cuando se anda arrastrando los pies. Y no hay manera de hacerme ir más deprisa, a menos que me empujen cuatro hombres fornidos. Un día vi un catre, en el que dormían seis hombres, uno al lado del otro. Yo me eché a dormir también, y no hubo quien me despertara. Cuando quisieron que me fuera a casa, tuvieron que llevarme.Habló el octavo:- Bien veo que yo soy el único que lo entiende. Si encuentro una piedra en mi camino, no me tomo la molestia de levantar la pierna para pasarla, sino que me tiendo en el suelo; y si estoy mojado y lleno de barro y suciedad, sigo tumbado hasta que el sol me seca. A lo sumo, me vuelvo de vez en cuando para que me dé encima.Metió baza el noveno:- Eso no es nada. Esta mañana estaba sentado delante de un pan; pero sentía pereza de alargar la mano para cogerlo. Por poco me muero de hambre. Y había también una jarra, pero era tan grande y pesada que, por no levantarla, he preferido sufrir sed. Hasta el volverme resultaba demasiado esfuerzo; y mepasé el día tendido como un tronco.Intervino el décimo:- A mí la gandulería me ha producido bastantes perjuicios: una pierna rota y una pantorrilla hinchada. Éramos tres, tumbados en un camino. Llegó otro con un carro, y las ruedas me pasaron por encima. Claro que habría podido retirarlas, pero es que no oí venir el carro. Los mosquitos me estaban zumbando en los oídos, y se me entraban y salían por la nariz y por la boca. ¡Pero cualquiera se toma la molestia de espantarlos!Dijo, a su vez, el undécimo:- Ayer despedí a mi amo; estaba cansado de llevar y traer sus pesados librotes; no acababa en todo el día. Aunque, a decir verdad, fue él quien me despidió. No quiso que siguiera a su servicio porque sus ropas, que yo tenía abandonadas entre el polvo, estaban apolilladas. Y tuvo razón.Y, por fin, habló el duodécimo:- Hoy tuve que salir al campo en el carro. Con paja me arreglé una yacija y me eché a dormir. Cayéronseme las riendas de la mano, y al despertar vi que el caballo casi se había soltado. Habían desaparecido los arreos: la lomera, la collera, la brida y el bocado. Había pasado alguien y se lo había llevado. Además, el carro estaba atascado en un charco. Yo no me apuré y volví a echarme a dormir sobre la paja. Al fin tuvo que venir el amo en persona y desatascar el carro; y si no lo hubiese hecho, no estaría yo aquí ahora. Seguiría en el carro, durmiendo tranquilamente.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Los tres haraganes

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Un rey tenía tres hijos, a los que quería por igual, por lo que no sabía a quién de ellos legar el trono a su muerte. Al darse cuenta de que se acercaba su última hora, llamólos junto a su lecho y les dijo:- Hijos míos muy queridos: he pensado una cosa y os la voy a decir. Heredará el trono aquel de los tres que sea más perezoso.Dijo entonces el mayor:- Padre, en ese caso, el reino me pertenece, pues soy tan perezoso que, cuando me acuesto, no me decido a cerrar los ojos para dormir, aunque me caiga una gota en ellos.Habló, a su vez, el segundo:- Padre, mío es el reino, pues es tal mi pereza que, cuando me siento junto al fuego para calentarme, antes me quemo los talones que retirar las piernas.Y el tercero:- Padre, yo digo que el trono es para mí, pues mi pereza es tal, que si fuesen a ahorcarme y, teniendo ya el nudo en torno al cuello, alguien me pusiera en la mano un cuchillo afilado para cortar la cuerda, antes dejaría que me colgasen que levantar la mano hasta la cuerda.Al oír esto, el padre dijo:- Tú eres el que ha llevado la cosa más lejos. Por consiguiente, tú serás el Rey.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

La vieja pordiosera

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Érase una vez una mujer muy vieja. En más de una ocasión habrás visto a una vieja pidiendo limosna, ¿verdad? Pues también ésta lo hacía, y cada vez que le daban algo, exclamaba:- ¡Dios se lo pague!Llamó cierto día a una puerta y encontróse con un bribón de muchacho que se estaba calentando al fuego. El mozo miró con simpatía a la pobre vieja, que continuaba en la puerta, tiritando:- Acercaos a calentaros, abuela - le dijo.Entró la mujer y se aproximó tanto al fuego que, sin darse ella cuenta, las llamas prendieron en sus harapos, mientras el muchacho se quedó mirándolo. Debía haber apagado el fuego, ¿no? ¿Verdad que su deber era apagarlo? Y si no tenía agua a mano, debía acumular en los ojos toda la que tenía en el cuerpo y, a fuerza de lágrimas, hacer manar dos arroyos con que extinguirlo.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

La viga

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Un día se encontraba un hechicero rodeado de espectadores, ante los cuales efectuaba sus maravillosos trucos. Entre ellos presentaba un gallo que levantaba una viga y la llevaba de un lado para otro como si fuese una ligera pluma. Pero entre los asistentes estaba una muchacha que había encontrado un trébol de cuatro hojas y, por tanto, era más lista e inteligente que los demás. Como nada podían con ella las artes de prestidigitación, vio que la viga no era sino una paja. Gritó entonces:- ¡Eh, buena gente! ¿No veis que lo que lleva el gallo no es una viga, sino una simple paja?Desapareció el hechizo, y los espectadores, dándose cuenta del truco, echaron al brujo con burlas e improperios. El hombre, con la rabia en el corazón, dijo para sí: "¡Me vengaré!".Al cabo de algún tiempo, la muchacha celebraba su boda. Muy acicalada y ataviada dirigiese a la iglesia, seguida de una numerosa comitiva; para llegar al templo había que pasar por un despoblado. De pronto llegaron a un torrente, que bajaba muy crecido, y no había puente ni pasarela para cruzarlo. La novia, ni corta ni perezosa, subióse las faldas, dispuesta a vadear el riachuelo; y he aquí que cuando ya estaba en el centro, el hechicero de marras, que se hallaba cerca, se puso a gritar en tono burlón:- ¡Eh! ¿dónde tienes los ojos que tomas esto por agua?La muchacha levantó la mirada y viose, con las ropas levantadas, en medio de un campo de lino, cubierto de sus flores azules. Al verlo también todos los presentes, empezaron a reírse de ella.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Monday Aug 12, 2024

Dios Nuestro Señor había creado todos los animales y elegido a los lobos para que le sirvieran de perros; sólo que se había olvidado de crear la cabra. Vino entonces el diablo y, no queriendo ser menos y crear algo también, hizo las cabras, a las que dotó de una bonita y larga cola. Pero ocurrió que, cuando salían a pacer, a cada momento se les quedaba el rabo cogido en las zarzas y espinos, teniendo entonces que acudir el diablo a soltarlas, lo cual le daba no poco trabajo y fatiga. Al fin, la cosa le fastidió tanto, que a mordiscos les cortó el rabo a todas, como puede verse aún, por el muñón que les ha quedado.Entonces las mandó de nuevo a pacer. Pero Nuestro Señor observó que tan pronto roían un árbol frutal como estropeaban unos sarmientos o devoraban delicadas plantas. Dolióle tanto aquello, que, al fin, por pura bondad y misericordia, mandó a sus lobos, los cuales no se anduvieron con remilgos, y al poco tiempo habían acabado con las cabras.Al enterarse el diablo, presentóse a Nuestro Señor y le dijo:- Tus criaturas han devorado a las mías,Y respondióle el Señor:- ¿Y por qué las creaste para hacer el mal?- ¡Qué otra cosa podían hacer! - replicó el diablo -. Del mismo modo que mi mente se dirige siempre hacia el mal, también lo que creo ha de ser de naturaleza perversa. Tienes que pagármelo, y caro.- Te pagaré tan pronto como caiga la hoja del roble. Ven entonces, y tendré tu dinero preparado.Cuando hubo caído la hoja del roble, acudió el diablo a reclamar la deuda; pero Nuestro Señor le dijo:- En la catedral de Constantinopla hay un roble muy alto, que aún tiene todo el follaje.Soltando tacos y reniegos, se marchó el diablo en busca de aquel roble. Pero antes de dar con él se extravió, y anduvo seis meses perdido en el desierto. A su vuelta, todos los demás robles se hallaban nuevamente revestidos de fronda. Hubo de renunciar a su crédito y, lleno de rabia, sacó los ojos a todas las cabras que quedaban y les puso los suyos propios.Por eso hoy día todas las cabras tiene ojos de demonio y un muñón por cola, y al diablo le gusta adoptar su figura.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

El hombrecillo rejuvenecido

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

En los tiempos en que Nuestro Señor andaba aún por la tierra, entró un anochecer, acompañado de San Pedro, en una herrería, en la que recibió hospitalaria acogida. Un pobre mendigo, agobiado por los años y los achaques, se presentó a la puerta a pedir limosna.San Pedro se apiadó de él y dijo:-Señor y Maestro, cura, por favor, a este hombre de sus achaques, para que pueda ganarse su pan.Dijo entonces Nuestro Señor con dulzura:- Herrero, préstame tu fragua y ponle carbón. Voy a remozar a este hombre viejo y enfermo.El herrero obedeció con gusto, y San Pedro se aprestó a manejar el fuelle. Y cuando ya el fuego estuvo encendido y llameante, Nuestro Señor levantó al hombrecillo y lo depositó en la fragua, en medio de la ardiente hoguera. Y el hombre, rojo como un rosal en flor, no cesaba de cantar sus alabanzas a Dios. Después pasó el Señor al depósito del agua, introdujo en él al incandescente hombrecillo y, una vez lo hubo enfriado convenientemente, le impartió su bendición. Y he aquí que el vejete salió ágil, tieso y sano como si no contase más de veinte años.El herrero, que había presenciado la operación, invitó a todos a cenar. Pero tenía una suegra vieja, medio ciega y jorobada que, dirigiéndose al nuevo jovenzuelo, le preguntó muy seriamente si le había quemado mucho el fuego. Él contestó que en su vida se había sentido tan a gusto; en medio de las llamas parecíale que se estaba bailando en un refrescante rocío.Aquellas palabras del joven resonaron durante toda la noche en los oídos de la vieja. A la mañana siguiente, cuando Nuestro Señor se hubo marchado, después de dar las gracias al herrero, éste pensó que sabría también rejuvenecer a su suegra, pues había observado muy atentamente todo el proceso de la operación de la víspera, aparte que la cosa entraba en su oficio. Preguntóle, pues, si no le gustaría convertirse en una muchachita de dieciocho abriles y poder saltar y corretear.- ¡Con toda el alma! - respondió la vieja, recordando lo bien que lo pasara el nuevo jovenzuelo. Así, pues, el herrero encendió la fragua y metió en ella a la mujer; pero ésta todo era retorcerse y lanzar gritos desesperados.- ¡Cállate! ¿Por qué gritas y te agitas de este modo? Espera, que voy a avivar el fuego.Y volvió a poner en acción el fuelle, hasta que la vieja quedó convertida en un guiñapo ardiendo. Y gritaba y vociferaba tanto, que el herrero pensó: "¡La cosa no marcha!"; sacóla y la metió en el agua. Allí los gritos subieron de punto, y llegaron a oídos de la herrera y de su nuera, las cuales, precipitándose escaleras abajo, encontraron a la vieja aullando y vociferando, sumergida en la artesa, toda ella encogida y hecha un ovillo, con la cara arrugada y desfigurada. Las dos mujeres, que se hallaban encintas, se horrorizaron de tal modo ante aquel espectáculo, que la noche siguiente dieron a luz dos criaturas que no tenían figura de hombre, sino de mono, y echaron a correr, huyendo al bosque. Y se asegura que de ellas desciende la familia de los monos.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

La zanahoria

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Éranse una vez dos hermanos que habían sentado plaza de soldados. El uno era rico, y el otro, pobre. El pobre, queriendo salir de su miseria, licencióse y se hizo campesino, dedicándose a cavar y labrar su pedacito de tierra, en el que sembró zanahorias. Germinó la semilla y brotó una zanahoria que no cesaba de crecer. Crecía a ojos vistas; cada día era más alta y más recia, y bien podía llamársele la reina de las zanahorias, pues jamás se había visto ni se verá otra igual. Al fin, llegó a alcanzar un tamaño tan extraordinario, que llenaba un carro, y se necesitaban dos bueyes para transportarla; y el campesino no sabía qué hacer con ella, ni si habría de ser su suerte o su desgracia. Al fin, pensó: "Si la vendo, no sacaré gran cosa, si me la como, lo mismo puedo comerme las pequeñas. Lo mejor será llevarla al Rey y regalársela como una cosa rara, en prueba de acatamiento". En consecuencia, la cargó en el carro, enganchó a él dos bueyes y se encaminó a la Corte, para ofrecerla al Rey.- ¡Vaya una hortaliza extraña! - exclamó éste -. He visto en mi vida muchas maravillas, pero jamás un monstruo así, ¿De qué clase de semilla ha salido? ¿O tal vez es que tú eres un favorito de la suerte, y por ello te suceden estas cosas?- Nada de eso - respondió el campesino -. No soy un favorito de la fortuna, sino un pobre soldado que, para poder subvenir a mis necesidades, pedí la licencia y me dedico a cultivar el suelo. Tengo un hermano rico, a quien Vuestra Majestad bien conoce; pero yo, como nada poseo, soy desconocido de todos.Compadecióse el Rey de él y le dijo:- Pues se ha terminado tu pobreza; te daré lo que haga falta para que no seas menos que tu hermano.Y le regaló una cantidad de oro y campos, prados y rábanos, haciéndolo tan rico, que la fortuna de su hermano no podía compararse con la suya. Al enterarse éste de lo que había valido a su hermano una simple zanahoria, sintióse dominado por la envidia y se puso a cavilar en busca de algún medio para conseguir una dádiva parecida. Queriendo proceder de modo más inteligente, llevó al Rey oro y caballos, pensando que se le correspondería con regalos mucho más valiosos. Pues si a su hermano le habían dado tanto por una zanahoria, ¡qué no le darían a él a cambio de sus presentes! Aceptó el Rey el obsequio, y le dijo que lo mejor con que podía corresponderle era con aquella rarísima zanahoria; y, así, el rico hubo de cargar en su carro la hortaliza de su hermano y llevársela a casa. Una vez en ella, no sabía sobre quién descargar su cólera y mal humor, hasta que le vinieron malos pensamientos y decidió matar a su hermano.Contrató a unos asesinos para que le tendiesen una emboscada, y mientras tanto él fue en su busca y le dijo:- Hermano, yo sé donde hay un tesoro oculto. Iremos juntos a buscarlo y nos lo repartiremos.Parecióle bien al otro, y se fue con él, sin recelar nada malo. Cuando llegaron a un lugar despoblado, asaltáronlo los bandidos y, atándolo, se dispusieron a colgarlo de un árbol. Pero en aquel momento oyóse a lo lejos un sonido de cascos de caballos y la voz de alguien que cantaba a grito pelado. Asustáronse los bandidos y pusieron pies en polvorosa, dejando a su prisionero metido en un saco, que ataron a una rama. El nombre, desde aquella altura, a costa de muchos esfuerzos consiguió abrir un agujero en el saco y asomó por él la cabeza.Resultó que quien venía por el camino era un estudiante vagabundo, que cabalgaba cantando alegremente a través del bosque. Al observar el de arriba que era un solo individuo el que pasaba, gritóle:- ¡Buenos días os dé Dios!El estudiante miró a todas partes, y no viendo de dónde procedía la voz, preguntó:- ¿Quién me llama?Respondió el otro, desde el árbol:- Levanta la vista. Estoy aquí, en el saco de la sabiduría. En muy poco rato he aprendido grandes cosas. Todas las escuelas juntas nada valen en comparación. Un poquitín más y lo sabré todo, y bajaré del árbol más sabio que ningún otro hombre. Entiendo las estrellas y constelaciones, el soplar de todos los vientos, la arena del mar, la curación de las enfermedades, la virtud de las hierbas, las aves y las piedras. Si estuvieses tú aquí, verías las maravillas que fluyen del saco de la verdad.Al oír el estudiante todo aquello, dijo, lleno de admiración: - ¡Bendita sea la hora en que te encontré! ¿No me dejarías subir un ratito al saco?Contestó el de arriba, como si lo concediese a regañadientes:- Te dejaré subir un rato en recompensa de tus buenas palabras; pero tendrás que aguardar aún una hora, pues me falta aprender todavía una cosa.Cuando el estudiante llevaba ya un rato aguardando, empezó a hacérsele larga la espera y rogó al otro que le permitiese entrar enseguida, pues su sed de sabiduría era irresistible. Entonces el de arriba, como si cediese de mala gana, dijo:- Para que pueda salir del saco de la sabiduría tienes que soltar la cuerda que lo sostiene. Entonces te meterás tú.Bajólo, pues, el estudiante y, desatando el saco, lo puso en libertad.- Ahora súbeme enseguida - dijo, y quería meterse de pie. - ¡Espera! - exclamó el otro -. Así no - y agarrándolo de la cabeza, metiólo de patas arriba. Ató luego el saco sólidamente, lo subió, tirando de la cuerda, hasta lo alto de la rama y, dejándolo que se columpiase a merced del viento, le dijo:- ¿Qué tal, amigo? Ya debes de estar sintiendo que te entra la sabiduría y que aprendes muchas cosas. Ahí te quedas, hasta que hayas ganado en listeza.Y montando en el caballo del estudiante, se alejó, aunque al cabo de una hora envió a que lo libertasen.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

El hijo ingrato

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Un hombre y su esposa, estaban sentados en el corredor, a la entrada de su casa, y tenían en su mesa un delicioso pollo asado para comerlo juntos. En eso el hombre vio que su anciano padre se acercaba, y rápidamente tomó el pollo y lo escondió, para que el anciano no pudiera coger nada de él. El viejito llegó, tomó una bebida y se marchó. Entonces el hijo quiso poner de nuevo el pollo en la mesa, pero cuando fue a cogerlo, lo que había era un enorme sapo, que se le lanzó a su cara y se quedó allí, y nunca se le despegó, y si alguien intentaba quitárselo, lo miraba maliciosamente como si estuviera a punto de lanzársele a su cara, así que nadie se aventuraba a tocarlo. Y el ingrato hijo quedó obligado a alimentar al sapo todos los días, porque si no él se alimentaba de su cara. Así, por su ingratitud. el hombre no volvió a tener descanso en su vida.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

El borriquillo

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Había una vez un rey y una reina que eran muy ricos y tenían cuanto se puede desear, excepto hijos. Lamentábase la Reina de día y de noche, diciendo:- ¡Soy como un campo baldío!Al fin Dios quiso colmar sus deseos pero cuando la criatura vino al mundo no tenía figura de ser humano, sino de borriquillo. Al verlo la madre prorrumpió en llantos y gemidos, diciendo que mejor habría sido continuar sin hijos antes que dar a luz un asno, y que deberían arrojarlo al río para pasto de los peces. Pero el Rey intervino:- No, puesto que Dios lo ha dispuesto así, será mi hijo y heredero; y, cuando yo muera, subirá al trono y ceñirá la corona.Criaron, pues, al borriquillo, el cual creció, y crecieron también sus orejas, tan altas y enderezadas que era un primor. Por lo demás, era de natural alegre y retozón, y mostraba una especial afición a la música, hasta el punto de que se dirigió a un famoso instrumentista y le dijo:- Enséñame tu arte, pues quiero llegar a tocar el laúd tan bien como tú.- ¡Ay, mi señor! - respondióle el músico -. Difícil va a resultaras, pues tenéis los dedos muy grandes y no están conformados para ello. Mucho me temo que las cuerdas no resistan.Pero de nada sirvieron sus amonestaciones. El borriquillo se mantuvo en sus trece; estudió con perseverancia y aplicación, y, al fin, supo manejar el instrumento tan bien como su maestro.Un día salió el señorito de paseo. Iba pensativo y llegó a una fuente. Al mirarse en las aguas vio su figura de asno, y le dio tanto pesar, que se marchó errante por esos mundos de Dios, sin llevarse más que un fiel compañero. Después de andar mucho tiempo sin rumbo fijo, llegaron a un país gobernado por un anciano rey, padre de una hermosísima muchacha. Dijo el borriquillo:- Nos quedaremos aquí - y, llamando a la puerta, gritó:- Aquí fuera hay un forastero. Abrid y dejadnos entrar.Y como nadie les abriera, sentóse y se puso a tañer el laúd con las dos patas delanteras. El portero abrió unos ojos como naranjas y, corriendo hacia el Rey, le dijo:- Ahí fuera, en la puerta, hay un borriquillo que está tocando el laúd con tanto arte como el mejor de los maestros.- Invita, pues, al músico a que entre - le ordenó el Rey. Pero al ver que se presentaba un burro, los presentes soltaron la gran carcajada. Los mozos recibieron orden de darle pienso y llevárselo abajo; pero él protestó:- Yo no soy un vulgar asno de establo, sino noble.- En este caso, vete con los soldados - le dijeron entonces.- No - replicó él -, quiero estar junto al Rey.Echóse éste a reír y dijo, de buen humor:- Bien. Hágase como pides, borriquillo. Ponte a mi lado -. Luego le preguntó -: Borriquillo, ¿qué tal te parece mi hija?El asno volvió la cabeza para mirarla y, haciendo un gesto aprobativo, dijo:- La verdad es que jamás he visto otra tan hermosa.- Puedes sentarte a su lado, si quieres.- ¡Con mucho gusto! - exclamó el borrico, y, colocándose a su lado, comió y bebió, comportándose con la mayor corrección y pulcritud.Cuando llevaba una buena temporada en la Corte de aquel rey, pensó: "Todo esto no remedia nada. Hay que volver a casita", y, triste y cabizbajo, presentóse al Soberano para despedirse. Pero el Rey le había cobrado afecto y le dijo:- ¿Qué te pasa, borriquillo? Pareces agriado como una jarra de vinagre. Quédate conmigo, te daré todo lo que pidas. ¿Quieres oro?- No - respondió el borrico, meneando la cabeza. - ¿Quieres adornos y pedrería?- No.- ¿Quieres la mitad de mi reino?- ¡Oh, no!Dijo el Rey entonces:- ¡Si pudiera adivinarte los gustos! ¿Quieres casarte con mi hija?- ¡Oh, sí! - respondió el borriquillo -. ¡Esto sí que me gustaría! - e inmediatamente se puso alegre, recobrando su antiguo buen humor, pues era aquél el mayor de sus deseos. Celebróse, en consecuencia, una espléndida boda, y al anochecer, cuando los novios fueron conducidos a su habitación, queriendo saber el Rey si el borriquillo se comportaba con gentileza y corrección, mandó a un criado que se escondiese en la alcoba. Cuando los recién casados estuvieron en la habitación, corrió el novio el cerrojo de la puerta, echó una mirada a su alrededor y, seguro de que estaban solos, quitándose de pronto la piel de asno, quedó transformado en un esbelto y apuesto joven.- Ya ves ahora quién soy - dijo a la princesa -, y ves también que no soy indigno de ti.Alegróse la novia y lo besó muy entusiasmada. Pero al llegar la mañana, levantóse el mozo y volvió a ponerse la piel de asno, de manera que nadie habría podido sospechar quién se ocultaba bajo aquella figura. No tardó en presentarse el Rey:- ¡Caramba! - exclamó -. ¡Pues no está poco contento el borriquillo! Pero tú debes de estar triste - prosiguió, dirigiéndose a su hija - al no tener por esposo a un hombre como los demás.- ¡Oh, no, padre mío! - respondió ella -. Lo quiero tanto como si fuese el más hermoso de los hombres, y le seré fiel hasta la muerte.Admiróse el Rey; pero el criado, que había permanecido oculto, le descifró el misterio. Dijo el Rey:- Esto no puede ser verdad.- Velad vos mismo la próxima noche y lo veréis con vuestros propios ojos. Y si queréis seguir mi consejo, Señor Rey, quitadle la piel y arrojadla al fuego; así no tendrá más recurso que el de presentarse en su verdadera figura.- Es un buen consejo - dijo el Rey.Y por la noche, cuando todos dormían, entró furtivamente en la habitación, y, al llegar junto a la cama, pudo ver, a la luz de la luna, a un apuesto joven dormido; y la piel yacía extendida en el suelo. Cogióla y volvió a salir. Enseguida mandó encender un gran fuego y arrojar a él la piel de asno; y no se movió de allí hasta que estuvo completamente quemada y reducida a cenizas. Deseoso de ver qué haría el príncipe al despertarse, pasóse toda la noche en vela, con el oído atento. Despertóse el mozo al clarear el día, saltó de la cama para ponerse su piel de asno, y, al no encontrarla, exclamó, sobresaltado y lleno de angustia: - ¡Ahora no tengo más remedio que huir!Pero a la salida encontróse con el Rey, el cual le dijo:- Hijo mío, ¿adónde vas con tanta prisa? Quédate, eres un hombre tan apuesto que no quiero que te separes de mi lado. Te daré enseguida la mitad de mi reino, y, cuando muera, lo heredarás todo.- Pues que el buen principio tenga también un buen fin ­ respondió el joven -. Me quedo con vos.Diole el Rey la mitad del reino, y cuando, al cabo de un año, murió, le legó el resto. Además, al fallecer su padre, heredó también el suyo, y de este modo discurrió su vida en medio de la mayor abundancia.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Monday Aug 12, 2024

Una pobre mujer tenía un hijo que deseaba viajar y correr mundo. Díjole la madre:- ¿Cómo quieres marcharte? No tengo dinero, ¿qué te llevarás?Respondió el muchacho:- Ya me las arreglaré. En todas partes iré diciendo: no mucho, no mucho.Marchóse y estuvo bastante tiempo repitiendo siempre: "No mucho, no mucho, no mucho", hasta que encontró a unos pescadores y les dijo:- ¡Dios os ayude! No mucho, no mucho, no mucho.- ¿Qué dices, animal: no mucho?Y, al sacar la red, efectivamente había pocos peces. Arremetió uno de los pescadores contra él, armado de un palo, diciendo:- ¡Voy a medirte las costillas! - y la emprendió a estacazos con él.- ¿Qué tengo que decir, pues? - exclamó el mozo.- ¡Que pesquéis muchos, que pesquéis muchos!, eso es lo que debes decir.Siguió el muchacho andando, y repitiendo una y otra vez: "Que pesquéis muchos, que pesquéis muchos". Al poco tiempo llegó ante una horca, en la que había un pobre ladrón al que se disponían a ahorcar. Y exclamó el mozo:- Buenos días. ¡Que pesquéis muchos, que pesquéis muchos!- ¿Qué dices, imbécil? ¿Aún ha de haber más mala gente en el mundo? ¿No basta con éste?Y recibió unos palos más.- ¿Qué debo decir, entonces?- Debes decir: "Dios se apiade de esta pobre alma".Alejóse el muchacho, siempre repitiendo: "¡Dios se apiade de esta pobre alma!". Y poco después se encontró junto a un foso, en el que un desollador estaba despellejando un caballo. Dice el joven:- Buenos días. ¡Dios se apiade de esta pobre alma!- ¿Qué dices, estúpido? - replicó el desollador, largándole con su herramienta un trastazo en el pescuezo que le hizo perder el mundo de vista.- ¿Qué debo decir, pues? - preguntó el infeliz.- Debes decir: "¡Al foso con la carroña!".Y el muchacho siguió adelante, sin cesar de repetir: "¡Al foso con la carroña!". He aquí que se cruzó con un coche lleno de viajeros y dijo:- Buenos días. ¡Al foso con la carroña!Y dio la casualidad de, que el carruaje volcó en un foso. El cochero agarró el látigo y, emprendiéndola a latigazos, dejó al muchacho tan mal parado, que no tuvo más remedio que regresar, casi a rastras, a casa de su madre. Y desde entonces se le quitaron para siempre las ganas de viajar.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

Monte Simeli

Monday Aug 12, 2024

Monday Aug 12, 2024

Había una vez dos hermanos, uno rico y otro pobre. El rico, sin embargo, nunca ayudaba al pobre, el cual se ganaba escasamente la vida comerciando maíz, y a veces le iba tan mal que no tenía para el pan de su esposa e hijos. Una vez, cuando iba con su carreta por el bosque, miró hacia un lado, y vio una grande y pelada montaña, que nunca antes había visto. Él paró y la observó con gran asombro.
Mientras analizaba aquello, vio de pronto que venían doce grandes hombres en dirección a donde se encontraba, y pensando que podrían ser asaltantes, escondió la carreta entre la espesura, se subió a un árbol y esperó a ver que sucedía. Sin embargo, los doce hombres se dirigieron a la montaña y gritaron:
-"¡Montaña Semsi, montaña Semsi, ábrete!"-
-E inmediatamente la montaña se abrió al centro, y los doce ingresaron a ella, y una vez dentro, la montaña se cerró. Al cabo de un rato, se abrió de nuevo, y los hombres salieron cargando pesados sacos sobre sus hombros. Y cuando ya todos estaban a la luz del día, dijeron:
-"¡Montaña Semsi, montaña Semsi, ciérrate!"-
Y la montaña se cerró completamente, sin que quedara seña de alguna entrada a ella, y los doce se marcharon de allí.
Cuando ya no estaban a la vista, el hombre pobre bajó del árbol y fue a curiosear qué secreto había realmente escondido en la montaña. Así que se acercó y gritó:
-"¡Montaña Semsi, montaña Semsi, ábrete!"-
Y la montaña se le abrió a él también. Entró a ella, y toda la montaña era una cueva llena de oro y plata, con grandes cantidades de perlas y brillantes joyas, como si fueran granos de maíz durante la cosecha. El hombre pobre no sabía que hacer, si tomar parte de ese tesoro para sí o no, pero al fin llenó sus bolsillos con oro, dejando las perlas y piedras preciosas donde estaban. Cuando salió gritó:
-"¡Montaña Semsi, montaña Semsi, ciérrate!"-
Y la montaña se cerró, y regresó a casa con su carreta y su carga.
Y desde entonces ya no tenía más ansiedad, y podía comprar el alimento para su esposa e hijos con el oro, y además buen vino en el almacén. Vivía felizmente y en desarrollo, daba ayuda a los pobres, y hacía el bien a quien necesitara. Sin embargo, cuando se le terminó el oro obtenido, fue donde su hermano y le pidió prestado un barril para medir trigo, fue a la montaña y trajo de nuevo otro poco más de oro para él, pero nunca tocó ninguna de las cosas más valiosas.
El hermano rico, sin embargo, estaba cada día más envidioso de las posesiones de su hermano, y de la buena vida que llevaba, y no podía entender de donde provenía su riqueza, ni qué era lo que su hermano hizo con el barril de medida. Entonces se le ocurrió un pequeño truco, y cubrió todo el fondo del barril con goma, y a la siguiente vez, cuando el hermano le devolvió el barril, encontró una pieza de oro pegada en él. Inmediatamente fue donde su hermano y le preguntó:
-"¿Qué es lo que mides con mi barril?"
-"Maíz y cebada."- respondió
Entonces le mostró la pieza de oro, y le amenazó de que si no le decía la verdad, lo acusaría a las autoridades. El hermano entonces le contó toda la historia, tal como sucedió.
El hombre rico, ordenó que alistaran su carreta más grande, y se encaminó a la montaña, determinado a aprovechar la oportunidad mejor que como lo hizo su hermano, y traer de regreso una buena cantidad de diversos tesoros.
Cuando llegó a la montaña gritó:
-"¡Montaña Semsi, montaña Semsi, ábrete!"-
La montaña se abrió y él ingresó. Allí estaban todos los tesoros yacentes a su vista, y por un rato no se decidía por cual empezaría. Al fin, se llenó con cuanta piedra preciosa pudo cargar. Él deseaba llevar su carga afuera, pero su corazón y su espíritu estaban también tan llenos del tesoro que hasta había olvidado el nombre de la montaña, y gritó:
-"Montaña Simelí, montaña Simelí, ábrete."-
Pero como ese no era el nombre correcto de la montaña, ella nunca se abrió y permaneció cerrada. Entonces, se alarmó, y entre más trataba de recordarlo, más se le confundían los pensamientos, y sus tesoros no le sirvieron para nada.
Al atardecer, la montaña se abrió, y eran los doce ladrones que llegaron y entraron, y cuando lo vieron soltaron una carcajada y dijeron:
-"¡Pajarito, te encontramos al fin! ¿Creíste que nunca notaríamos que ya has venido dos veces antes? No te pudimos capturar entonces, pero esta tercera vez no podrás salir de nuevo."-
Entonces el hombre rico dijo:
-"Pero no fui yo, fue mi hermano."-
Y lo dejaron rogar por su vida y que dijera lo que quisiera, pero al final lo dejaron encerrado en la cueva hasta sus últimos días.Este episodio llega de la mano de Podbean.com.

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